lunes, 26 de noviembre de 2012

Hasta luego abuela.

Hoy es un día en el que creo que debo escribir.

Espero que este ejercicio me ayude a organizar un poco mis recuerdos y, si tengo suerte, a sacarme una sonrisa entre las oleadas de dolor.

Este fin de semana, mientras media España lloraba al gran Tony Leblanc, mientras los Estados Unidos lloraban al gran malvado Larry Hagman, mientras los cinéfilos lloraban a Jose Luis Borau, yo presentía que iba a perder a alguien mucho mas importante en mi vida que todos ellos y así ha sido.

Yo lloro, pero no por ninguno de los tres anteriormente mencionados  sino por una mujer, que sin ser conocida, me ha hecho infinitamente mas feliz que ellos.

Hablo de mi abuela Fe.

Anoche supe que no lo había conseguido. Tras años batallando contra el Alzheimer, tras toda una vida de soledad, donde supo transmitir alegría a sus nietos y donde nos dio todo sin pedir nada a cambio, este fin de semana su cuerpo no ha podido mas. Una simple infección de orina ha acabado con las pocas fuerzas que le quedaban.

Hacía años que Fe había dejado de vivir en este estresante e inquietante presente para refugiarse en el pasado. El Alzheimer la llevó de vuelta a su niñez, donde se refugiaba de su soledad y de su estado. Solamente de vez en cuando venía de visita al presente, en los escasos momentos de lucidez que le quedaban, para emocionarnos a todos con un nombre recordado o una frase simpática que nos hacía reír  porque aunque no tenía ningún sentido, mostraba que aun nos tenía dentro.

Ella creó para mi y para todos sus nietos una especie de refugio, un parque de atracciones, un nombre mágico que esperábamos con ansia a lo largo de todo el año. Ribadeo.

Allí disfrutamos la niñez tanto como se puede disfrutar. Jugando, pedaleando, corriendo y experimentando tanto como era posible. Y siempre en un entorno amable y seguro, del que ella era la única responsable. Ella siempre tenía una sonrisa lista cuando llegábamos a casa. Cada vez que volvíamos exhaustos de la playa o de una tarde de baloncesto, sabíamos que en la mesa habría un plato con filetes rusos, unas filloas o nos prepararía unas tostadas de pan con nocilla mientras freía unas patatas con zorza y huevos fritos. Y lo mas importante de todo, una sonrisa.
Todo era por y para nosotros. Para hacernos felices. Esa era su felicidad. Y su orgullo.

Ahora se ha ido, se ha reunido con su hijo pequeño y con mis otros abuelos y ha dejado de sobrevivir, supongo que para descansar. Pero en mi ha dejado un gran vacío. La muerte de mi padre arrancó un pedazo de mi que nunca he vuelto a recuperar y desde entonces reconozco que tengo muchos problemas para lidiar con la muerte. Me resulta insoportable la idea del vacío que deja detrás. Me parece imposible de asumir que nunca mas volveré a verla y mas aún que ni podré despedirla estando como estoy a miles de kilómetros de casa.

Me siento terriblemente culpable de no haber ido a visitarla mas a menudo en sus últimos años, uno de los efectos colaterales de la muerte de mi padre. Ella tendía a pensar que yo era el y eso era algo que me desarmaba, jamás podre estar a la altura. Y si se me escapaban las lágrimas ella lloraba también, aun sin saber porque, lo que lo hacía mas duro si cabe. Ahora se que todas esas veces que no he ido a verla por miedo a como podía afectarme van a pesar como una losa en mi conciencia. Serán oportunidades perdidas.

Hace 11 meses que no estoy en España, hace 11 meses que no la veo y ahora nunca mas la veré.

Va por ti abuela, espero que sepas perdonar mi debilidad como siempre me has perdonado todo.

Te quiero.

13 comentarios:

  1. Un abrazo, Roibi! Acabo de empezar mi lunes con un nudo en la garganta...

    ResponderEliminar
  2. Un abrazo enorme David y un beso enorme allá donde estés abuelita Fe! Tu nieto Gonzalo no te olvidara nunca.

    ResponderEliminar
  3. que maravilla lo que has escrito, la verdad es que yo muchas veces la sentí mi abuela. te echaremos de menos Fe.besos david.gemi.

    ResponderEliminar
  4. i like a background nice to visit and great walk :)

    ResponderEliminar
  5. Roibi! Acabo de empezar mi lunes con un nudo en la garganta

    ResponderEliminar