miércoles, 25 de mayo de 2011

La insoportable "soledad" del ser.

Buenas tardes.

Hacía ya varios días que no escribía nada en castellano y como hay alguno que se queja de eso, este post será en el idioma patrio.

Hay días que son mejores que otros, bien sea en cuanto a lo bien que te sientes, a tu estado anímico, al tiempo que hace, a la suerte que tengas... En fin, hay miles de factores que pueden condicionar un día cualesquiera y transformarlo en el mejor o peor día de tu vida. Esto de en mejor o peor es un poco como lo del fútbol, ahora que ya se ha acabado la liga hemos podido ver como en las ultimas semanas ha habido como cuatro partidos del siglo, es decir, todo es relativo, pero tendemos a quedarnos con el ultimo momento que nos ha provocado una emoción intensa, bien sea buena o mala, como la mejor o peor respectivamente.

Evidentemente y como podréis suponer, el mio de hoy no es el mejor posible. De tener que definirlo solo con una palabra, esa sería resignación. Es curioso como cuando tienes un día excelente, cuando todo es bello y perfecto, no tienes ganas de compartirlo, de salir a la calle y gritar que tienes un día excelente. En mi caso al menos me limito a tener una sonrisa bovina y a disfrutarlo. Tiendo a ser egoísta con esos días, son tan pocos que solo intento disfrutarlos al máximo yo solo. Solo los que me ven o me leen se dan cuenta de como estoy.

El caso es que como habéis podido leer en los anteriores posts he tenido un fin de semana muy intenso, agotador en lo físico y mental y en donde he tenido que asumir ciertas cosas que no tenía especial interés en asumir. Pese a todo lo bueno que he vivido, que ha sido mucho, también ha habido cosillas que me han desestabilizado un poco. La realidad a veces es cruel y no apetece verla hasta que chocas de frente con ella. Y supongo que esto es lo que me está pasando.

Estos días he estado con mucha gente, he hecho nuevos amigos, he podido disfrutar a ratos de los que ya tenía, pero un mes después de haber llegado a Estonia también me estoy dando cuenta de lo solo que se puede estar aún estando con gente y de lo necesario que es el amor en mi vida.

Tras 16 años prácticamente seguidos con parejas, en cada caso relaciones extremadamente largas y/o estables, decidí tomarme un tiempo para estar solo. Ese tiempo me ha enseñado que necesito sentirme querido mas que ninguna otra cosa en el mundo. Puedo tener lo que sea, puedo hacer lo que quiera, que mientras que no tenga amor no puedo ser feliz. Eso es lo que he aprendido de mi mismo en estos últimos meses y ahora que lo se, cada día que reafirmo esa lección se me hace mas duro que el anterior.

La decisión de venirme a Estonia fue compleja, condicionada por muchos factores, no todos perfectamente comprensibles para todo el mundo, pero de los que estaba y aun estoy muy seguro. Eso si, no había tenido en cuenta ese pequeño factor. Con novia o sin ella necesito amor, necesito que de vez en cuanto alguien a quien aprecio me diga lo mucho que me quiere, una caricia, un abrazo o un beso. Y bueno, eso aquí es imposible de conseguir. Estonia tiene muchas cosas buenas, pero los estonios que yo conozco al menos tienen un corazón tirando a gélido. Sus sentimientos son suyos y no sienten la necesidad de mostrarlos ni expresarlos y mucho menos aún compartirlos. Si a esto le sumamos que yo no dejo de ser un extraño y que si necesito esas cosas, esa honestidad en cuanto a lo sentimental, tenemos una mezcla bastante explosiva en donde yo siempre tengo las de perder.

No se si llegaré a tener una novia Estonia algún día, aunque a priori y mientras lleve la vida que llevo es prácticamente imposible, pero es algo que cada día que pasa necesito mas. Necesito llegar a casa y que alguien me pregunte que tal ha ido el día, que antes de dormirme me de las buenas noches, que cuando me levante por la mañana me sonría con cara de sueño. Cosas que son muy sencillas y muy básicas, pero que aquí escasean tanto como el aceite de oliva.

Solo espero que en cuanto empiece a trabajar y me mude a mi propio piso cambie algo respecto a este tema. Aún no se si duele mas llegar a casa y que no haya nadie para saludarte o que si lo haya y simplemente no lo haga. Lo que tengo claro es que esta segunda opción está empezando a pasarme factura. Es como tener un caramelo sobre la mesa y no poder comerlo. Y lo que es peor, cada día pienso mas sobre ello y mas me como la cabeza. Hoy es uno de los días que mas español me he sentido desde que he llegado a Estonia, y no ha sido para bien.

Mi manera de ser es un poco peculiar, mucho de hecho, pero siempre lo doy todo y espero recibir algo de vuelta. Ese sistema aquí no funciona. O no con la gente que yo conozco al menos, y eso me esta volviendo loco. Mataría por una caricia ahora mismo.

Cuidaos y sed buenos, yo mientras esperaré aquí a que el nitrógeno líquido que me inyectan en vena a diario me congele el corazón a mi también mientras me tomo una lata xxl de cerveza. Así al menos espero poder soportar mi día a día, donde cada cosa que pasa y que no puedo cambiar me mata de pena.

1 comentario:

  1. Nobody ever mentions the weather can make or break your day
    Nobody ever seems to remember love is a game we play

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